A unos 50 kilómetros de Fráncfort, y hace poco más de 550 años,Johannes Gutenberg comenzó a multiplicar biblias con su flamanteimprenta de tipos móviles. Fráncfort, la ciudad en la que nació Goethe,alberga la feria editorial más relevante del mundo. 300.000 personas secongregan anualmente, durante cinco días de octubre.
Lo que distingue a esta cifra respecto de las que arrojan otras feriascomo la de Buenos Aires (que tiene cuatro veces más visitantes) es queestá conformada fundamentalmente por editores, agentes literarios,escritores y periodistas. Es un encuentro de profesionales en el que secierran los contratos más jugosos del mundo de los libros.
La Argentina es el invitado de honor de esta feria que hoy cierra suspuertas. Cristina Kirchner la inauguró oficialmente después de ofrecerun discurso en el que rindió homenaje a la viuda de Héctor Oesterheld,el célebre escritor y dibujante desaparecido en 1977. En su alocución,por otra parte, destacó a tres cuentos como los más relevantes denuestra literatura: El muerto, Autopista del sur y Esa mujer, deBorges, Cortázar y Walsh respectivamente.
La Argentina tiene un pabellón especial de 2.500 metros en el quecohabitan clásicos con textos de autores jóvenes. También conviven, sindemasiada armonía, los íconos de Eva Perón, El Che Guevara y DiegoMaradona junto a los de Borges y Cortázar.
Muchas de las 3.800 librerías que tiene Alemania exhiben, en estosdías, libros de Martín Kohan, Alan Pauls, Ricardo Piglia y Elsa Osorio,entre muchos otros, traducidos por un programa impulsado por elgobierno argentino. El "gran contrato argentino" fue el que firmó MaríaKodama con la editorial Random House, a través del cual se relanzaránlos 37 libros que publicó Borges a lo largo de su vida y los 17 queescribió en colaboración con otros autores.
El fantasma que aparece en todas las esquinas de la exposición es eldel libro digital. Todos especulan sobre la vida y la muerte del papel."Las ediciones digitales representan menos del 1% del mercado alemán,que mueve 9.700 millones de euros al año. En cinco anos, no creemos quepuedan superar un 8%", nos dice Peter Kochan, representante de laAsociación de editores y libreros alemanes, en medio de laefervescencia de una feria que sigue usufructuando el invento deGutenberg.
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